Esta oscuro. Estás solo. Entonces alguien toca a tu puerta. La abres para encontrar a dos niños aparentemente normales. Piden a entrar, te piden prestado el teléfono para llamar un taxi. Te sientes agobiado por un miedo intenso que no puedes explicar. Y entonces te das cuenta de sus ojos... negro... negro sólido. Quieres escapar, pero ahora ellos te tienen. Es demasiado tarde.
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